Archivo del Blog

sábado, diciembre 07, 2024

Denegada

Vigilante vengador
o justiciero
bala-palabra-bala-palabra-bala-palabra
poesía en la justicia
justicia en la venganza
venganza en la palabra
hastío que hiela la sangre
sangre fría que mueve a la acción
acción que mueve sangre
sangre que mueve palabras
palabras de venganza
hastío de las palabras
que anulan
rechazan
solapan
retrasan
clamores de los desprotegidos
¿Qué se siente?
destello silencioso
villano-víctima-victimario
¿Quién te escucha?
víctima-justiciero-victimario
¿Quién te protege?
bala-palabra-bala-palabra-bala-palabra
uno
dos
traba
tres
denegada
la vida.

Efímero





Efímero como el vuelo de las palomas
que se elevan
HUMO…
o se van en picada
efímero como rosas
con fierezas espinas
y marchitan
HUMO…
Efímero como plegaria
que se eleva a un cielo platino
reflejo bufón
no se cumplirá 
HUMO…
Se va
envuelto en humo
se eleva
se aleja
incumplido y marchito.

sábado, junio 02, 2012

No me refiero al oficio de escritor sino al oficial deseo de escribir por escribir


Cuando se pasa mucho tiempo sin escribir los dedos se oxidan, como las teclas de una vieja máquina de escribir. Las ideas y las formas nunca se van pero el vehículo para trasladarlas suele averiarse y necesita mantenimiento, dejarlas salir se hace complicado. Cuando se escribe, se quiere expresar algo, exorcizar los demonios, aligerar las penas, contar una historia, un sueño, hacer una crítica o compartir tu mundo interior ese en el que habitan las ideas.

Hace poco me encontré con un viejo amigo de la familia en una de esas protocolares reuniones a las que se debe asistir por compromiso y me preguntó: - "¿Cómo están sus poemas? ¿ha seguido escribiendo?"-.

No, no he vuelto a escribir en mucho tiempo, ni en las servilletas, ni en mi moleskine, ni en mi blog. Hace tiempo que las ideas están encerradas, yo junto a ellas, entregada a un proceso de interiorización bastante prolongado, para conocerme mejor no sé si con la firme intención de aceptarme o con la dudosa tarea de cambiar lo que no me gusta o siento que no está bien.

- "¿Cómo que no ha escrito más? recuerdo incluso sus poemas de cuando era una muchachita, siempre me gustó leerla, vamos no lo deje a un lado eso es algo digno de cultivar para toda la vida"-

Sus palabras me pusieron a pensar. A pesar de seguir siendo una persona muy crítica ya no siento esa necesidad, tan familiar en otros tiempos, de decir lo que siento a cada paso. Estoy encerrada en mi mundo y ahora cuestionándome si el encierro que comenzó como una interiorización se ha transformado en una especie de autocensura. Entonces comparto la carga y reparto una parte de la culpa a esta ciudad en la que vivo, su violencia me está llevando de los tonos grises a un negro absoluto. Pienso demasiado y estoy cansada.

Leí por ahí que la tristeza es adictiva. La soledad también, debo agregar, es un peligroso gusto adquirido.

Un paso a la vez, dicen. Hoy he vuelto a escribir, mañana será otro día.