Descansar, sentir la fuerte brisa de la península enredándote el cabello con ese olor a sal impregnándolo todo, el sol en el horizonte como una gran bola naranja, el cielo teñido de varios tonos y el mar haciendo lo propio con su juego de azules.

Cómo olvidar las pequeñas lagunas con corrientes rosadas arropando los cristales de sal y la multitud de cactus extendiéndose como espectadores de un mundo de fantasía entre el rosa y el brillo.


3 comentarios:
Tan lejos y tan cerca que estuvimos, eso tuyo fue: Los médanos, el Cabo de San Román y Médano Blanco...verdad?
JAJAJA que Horror, Negra, estuvimos cerquita, para la próxima que haya una festividad de varios días y vayamos a viajar nos avisamos a cuál playa o lugar vamos a ir a ver si coincidimos.
Publicar un comentario